Angélica Ocaranza a veces tiene que tomar dos colectivos para llegar a su trabajo, aunque en realidad sólo necesita uno para llegar a destino. Sucede que tiene miedo a cruzar de madrugada el complejo Muñoz, ubicado en avenida Juan B. Justo al 2.500. Por esa razón se sube al 5 en la Balcarce, se baja frente al cementerio del Norte y allí espera el 103. Las del complejo son un par de cuadras oscuras que prefiere evitar. “El pasto está crecido, no hay ni un sólo poste de luz en funcionamiento y tampoco hay personal de la Policía para que nos cuide. Es un lugar peligroso para cualquier vecino”, insiste la mujer.
El complejo deportivo Muñoz, único espacio verde de la zona noreste de San Miguel de Tucumán, fue creado en la década del 70. Nació con canchas de fútbol (tiene tres que son utilizadas mayormente los domingos) y de básquet, vestuario, gimnasio y juegos para niños. Pero ahora está abandonado, según los vecinos, que no saben a quién recurrir. Sucede que los juegos están rotos, hay pastizales que superan el metro de altura y las instalaciones están deterioradas. Pero tanto la Municipalidad capitalina como la Provincia niegan sus responsabilidades sobre el complejo. Cabe destacar que el sitio web del municipio lo incluye entre las “estructuras dependientes” de la Dirección de Deportes y Recreación.
Cristian Abel, subsecretario de Gobierno municipal, sostuvo: “no es propiedad de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Nosotros sólo nos encargamos de cortar el césped y de la limpieza. Por las lluvias no hemos cortado el pasto en los últimos meses, pero próximamente lo haremos”. El funcionario agregó que elaboraron un proyecto para cercar el predio y para devolverle su sentido original (centro de deportes), pero que el pedido de transferencia que le hicieron al Estado provincial nunca prosperó. “De hecho, la Provincia junto con la SAT está haciendo un pozo de agua en una de las esquinas del complejo”, agregó Abel. Por su parte, José “Cacho” Banegas, secretario de Deportes de la Provincia, insistió en que no tiene control sobre ese complejo: “es un espacio dirigido por la Municipalidad”.
De noche
Mientras los funcionarios niegan responsabilidades sobre el predio, Alberto Lucena y Ángel Maidana, dos vecinos de la zona, contaron que durante la noche allí se producen delitos.
“Hay prostitución, venden drogas, funcionan lavaderos ilegales sobre la avenida y los fines de semana venden carne sin control bromatológico. Acá hacen lo que quieren y no hay quién ponga orden”, destacó Maidana, que vive frente al complejo. Lucena añora el pasado: “todavía recuerdo cuando traía a mis hijos a jugar. Ahora pasás por el complejo y te dejan desnudo, porque te roban todo”.
El comisario Cándido Galván, a cargo de la seccional V de Policía, desestimó las denuncias de los vecinos. “Pueden suceder robos y arrebatos, pero no hay prostitución ni venta de drogas. Sólo se producen problemas intermedios, como en todos los lugares oscuros. Constantemente hay patrulleros del 911 vigilando el lugar”, argumentó Galván.
Mientras las autoridades municipales y provinciales se contradicen con respecto a las responsabilidades que les corresponden, los vecinos mantienen la esperanza de que algún día el complejo sea recuperado: es el único espacio verde que existe en la zona para hacer deportes, jugar o simplemente pasear.